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LAS ENTREVISTAS

Carlos Ide

Carlos Ide Aravena (63) es Ingeniero informático de la Universidad de Chile. Trabaja como analista de Big Data en Telefónica, la que tiene sus oficinas en la denominada “zona cero” y a partir del día 18 de octubre de 2019 ha tenido que realizar teletrabajo. El ingeniero vive con su segunda esposa, que es profesora, en un departamento en la comuna de Ñuñoa y tiene dos hijos que no viven con él, pero que actualmente debe apoyar económicamente. Cuenta que hoy, a pesar de ser la tercera generación en la universidad, les ha costado encontrar una estabilidad laboral, mucho más que a él. Dice que uno de ellos se tituló, le pagó un magister y hoy está cesante, trabajando en Cornershop y Uber, haciendo lo que puede, cuenta.

Ide a sus 63 años pronto tendrá la edad para jubilarse, pero sabe que no podrá dejar de trabajar: “Nunca voy a poder ser un jubilado”, asegura. Su pensión proyectada actualmente es el 60% de su sueldo y con eso no le alcanzará para vivir. Tiene un ahorro extra en un APV, pero es una cifra exigua, que no incrementará en un porcentaje relevante su jubilación. Carlos mira con recelo el debate a la reforma de pensiones, tiene miedo de lo que pueda ocurrir y le asusta un sistema 100% de reparto. 

Carlos y su familia se trasladaron de Osorno a Santiago. Su padre, cirujano dentista, instaló una consulta ubicada en el Faro de Apoquindo.En el sur cursó la primera parte de su enseñanza básica en los colegios Alemán y luego Osorno College. En 1971 ingresó a estudiar al Instituto Nacional. Cuenta que a pesar de la comodidad que el sueldo de su papá generaba dice que nunca tuvieron lujos y tampoco alcanzaba para pagar la educación superior de él y de sus hermanos. Por esto los tres hermanos estudiaron con Crédito Fiscal del Estado.

El mayor sueño de Carlos es volver a vivir en su ciudad natal, pero dice que hoy está lejos de ser una realidad porque no cuenta con los medios económicos para realizarlo. Ide, habla de fragilidad de la clase media, la que puede caer en sólo tres meses de un modo a otro de vida, cercano a la pobreza. Hoy enumera sus deudas y dice cómo es vivir en el límite, en el que incluso cuesta hasta dormir.

 

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